viernes, 12 de octubre de 2007

Televisión-Humor
CASTINGando al personal



Castingando al personal.
La nueva moda televisiva se llama ‘casting’. Buscar una excusa, la que sea, para conseguir que cientos de personas hagan cola para ponerse delante de un micrófono y mostrar sus miserias al resto de España. Y claro, no hacen falta muchas excusas para eso.
Antiguamente el objetivo de cualquier casting era, seleccionar a los mejores en alguna materia con objeto de hacer luego un programa televisivo donde compitieran. En esos programas se mostraban retazos de esos castings con gran éxito, así que un lumbrera de la televisión en un momento de lucidez pensó ¿y qué importa el objetivo si el casting funciona?. Dicho y hecho. Ahora primero se buscan ideas para hacer castings, que ya se verá lo que se hace con los elegidos. Así que vemos castings de cantantes y grupos pop, copleros, humoristas, etc. etc.

El casting se compone de:
- La cola de entrada: Un repaso por la fila nos muestra el panorama que se nos presenta. Al paso de la cámara los concursantes intentan hacerse ver a toda costa. También está el típico ‘guitarritas’ animador.
- El jurado cabrón: El éxito del momento. Cuanto más cabrón más éxito. “El concursante está aquí porque quiere, nadie lo obliga” ó “Esto es lo que se van a encontrar en el mundo real si triunfan” son las cosas que se dicen para dormir bien por las noches después de decirle a uno “esto no es lo tuyo chaval”. Risto Mejide de 'OT' dio paso a Miki de 'Factor X', que ahora cede el testigo al Neng en 'El rey de la comedia'.
- El momento de penita: Cuando le dicen que no vale y rompen a llorar. Vaya por dios. Los sueños rotos y de vuelta a la frutería con papá.
- El momento de alegría: Primero le dicen que no ha superado la prueba con música inquietante de fondo, y luego con un gran juego de palabras, le dan la vuelta y le dicen “¡Que siiii, que sigues con nosotros!”. El concursante llora, da diez mil gracias, sale fuera corriendo y se abraza al primero que pilla como si le hubiera tocado la quiniela. Caerá en uno de los 4 o 5 casting que le quedan que pasar pero no importa, son sus 5 minutos de gloria.
- Los concursantes de verdad: Saben cantar, contar chistes o lo que se les pida.
- Los concursantes frikis: No tienen ni puta idea de nada. Da la impresión de que estaban por la zona aparcando coches y pensaron “¿Qué coño, por qué no?”. El frikismo aumenta la audiencia, incluso hasta el increíble punto de superar en fama a los concursantes de verdad. ¿Quien no ha tarareado alguna vez “Ponte el cinturoooooooooon”?.
Uno se pregunta ¿Bueno, y cuando coño acaba el casting y empieza el concurso de verdad? Básicamente cuando a la cadena ya le da vergüenza seguir alargándolo tanto que no le queda más remedio. Pero eso no puede quedar así, ¿Cómo meter más castings durante el programa? Muy fácil, echando a los de dentro para meter otros. ¡Más castings, es la guerra!

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